martes, 30 de marzo de 2010

La hora inquieta


Estrellar esta ansiedad
contra el cielo de hoy,
fijando en el atardecer
líneas violetas de sangre
—excedentes de una herida—.

Pintar el firmamento
con restos de mí,
y que la noche los desplace
hacia otra zona del universo.

Es tan efímera la vida
que para qué hacer
saltar las horas.

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