Estrellar esta ansiedad
contra el cielo de hoy,
fijando en el atardecer
líneas violetas de sangre
—excedentes de una herida—.
Pintar el firmamento
con restos de mí,
y que la noche los desplace
hacia otra zona del
universo.
Es tan efímera la vida
que para qué hacer
saltar las horas.
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